El sector industrial de alimentos y bebidas tiene una relevancia global, ya que somos grandes exportadores de las más variadas categorías de productos. Los procesos varían en función de la complejidad de su naturaleza y de su posición en la cadena de producción alimentaria, pero todos tienen algo en común: la generación de datos.
Todos y cada uno de los procesos, con sus singularidades, complejos o no, generan una cantidad considerable de datos y éstos deben ser gestionados para que la empresa pueda construir un sistema de gestión sólido basado en su realidad y historia. Ver la información de los procesos de forma clara, didáctica y, lo más importante, rápida, es un factor decisivo para que las empresas estén a la altura de las exigencias del mercado y de su velocidad, ya que hoy el tiempo activo de los analistas es precioso y necesita ser transferido a la tecnología y no permanecer más en las manos (literalmente) de los profesionales que trabajan en la organización.
Los profesionales deben ser contratados por sus competencias, los gestores por su capacidad de tomar las decisiones correctas – y no para transcribir manualmente los datos generados por el proceso.
Ya es hora de que las empresas del sector de alimentos y bebidas utilicen la tecnología a su favor, sistematizando sus procesos, agilizando la gestión de la información para actuar mejor en las acciones necesarias.
Más importante que todo este escenario interno de una industria es ver cómo una correcta gestión de la información influye en el objetivo más importante cuando el tema es la seguridad alimentaria: la salud pública.
Gestionar los datos generados por un proceso para actuar mejor sobre: productos no conformes o potencialmente inseguros, procesos de trazabilidad, procedimientos de retirada y actuaciones cuando se producen desviaciones, entre otros elementos, es crucial para la supervivencia de la empresa en el mercado e indispensable para la salud pública.
Hablamos mucho de los casos de retirada de productos y de lo mucho que una trazabilidad adecuada (¡y rápida!) depende de la capacidad de identificar e interconectar la información a lo largo de todo el proceso. Los fracasos de la trazabilidad y la excesiva duración del procedimiento suelen deberse a la falta de identificación y gestión de la información.
Aliar la tecnología en este contexto es obligatorio, siendo uno de los pilares para la formación de un sistema robusto de gestión de calidad y seguridad alimentaria: es necesario hacer la fusión entre técnica y tecnología. Profesionales formados e información sistematizada, una clave para el éxito a largo plazo, un puente sin el cual no alcanzaremos el futuro.
Un sistema que pueda absorber información a lo largo de toda la línea de producción, desde la recepción hasta la expedición, pasando por los puntos críticos de control (PCC), e incluyendo todos los datos de laboratorio, con control de reactivos, muestras, recopilando información de monitorización, generando tendencias y ayudando en el análisis crítico de la gestión, resuelve antiguos dolores de muchas industrias en nuestro panorama actual.
Un sistema que habla con otros sistemas de una organización y equipos de proceso, trayendo también información de análisis externa para ser gestionada y que va mucho más allá de los datos generados por los laboratorios.
Esto es lo que myLIMS ofrece a las empresas y con un equipo técnico capaz de apoyar a sus clientes.
*Texto escrito por Camila Chadad, Consultora de Alimento Legal y partner de Labsoft.
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