Desde hace años escuchamos que los laboratorios de control de calidad industrial son vistos como un costo, ya que muchos gerentes no tienen una noción real de la importancia de estos laboratorios para el proceso y para la seguridad de la marca.

Analizando hechos recientes, como la Operación Carne Flaca ejecutada por la Policía Federal de Brasil, que investigó problemas de calidad de las empresas del sector agropecuario, podemos ver que esta falta de calidad costó muy caro a los involucrados.

Una de las empresas involucradas tuvo una pérdida de más de 200 millones de dólares en 2017, lo que tuvo un gran impacto en el valor de la marca.

El escenario relatado anteriormente puede parecer muy lejano por la dimensión alcanzada, pero varios otros casos similares ocurren diariamente en el mundo. ¿Quién no recuerda de casos de contaminación por presencia de pelos de roedor en salsas y sodas, o contaminación de carnes y leche por microorganismos? Además de perder credibilidad en el mercado, las empresas todavía tuvieron que tratar de numerosas pérdidas.

Todo esto podría haberse evitado con un buen control de calidad, que identificaría esta contaminación antes de que el producto fuera liberado para su distribución.

Ante todos estos problemas aquí expuestos, surge una pregunta: ¿realmente el laboratorio de control de calidad es un costo?

De hecho, un buen proceso de aseguramiento de la calidad puede ser el mayor aliado de los gerentes industriales, garantizando seguridad, confiabilidad y alertando en tiempo real si existe alguna desviación en la producción. Un control de calidad preparado para la industria 4.0 promueve, además de los beneficios mencionados anteriormente, la facilidad y practicidad en la gestión de datos, consolidando informes e indicadores que apoyen la decisión de los gerentes.

Una vez consolidados estos datos es posible realizar análisis predictivos, anticipando así acciones para evitar cualquier tipo de problema en el producto terminado.

En resumen, es vital para una empresa contar con un proceso de calidad muy bien estructurado y robusto, para evitar cualquier tipo de problema que pueda resultar costoso y perjudicar el valor de la marca en el mercado. Tal robustez solo es posible utilizando la tecnología a nuestro favor, y el sistema LIMS es la herramienta clave en este proceso.

Con el software, es posible gestionar todo el proceso de Control de Calidad, además de generar indicadores e informes enfocados a sus necesidades, garantizando siempre la trazabilidad y seguridad de los datos.

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Raphael Pimenta – Labsoft Tecnología